19.5.16

Llegada a Alcalá de Henares


ABC - Sábado 5 de mayo de 1916
Alcalá de Henares 5, 1 tarde.   Bajo lluvia torrencial entró en esta ciudad, a las once y cuarto de la mañana, el tren especial que conducía desde Madrid la primera expedición de alemanes internados. La forman 122: de ellos, son oficiales siete; médicos, dos, y el resto, clases, sanitarios y soldados. Visten uniforme de kaki, muy deteriorado; algunos, indumento arbitrario y desigual; en la cabeza, sombrero de fieltro ancho, con cabos rojos y escarapela, o la gorra de plato alemana o sombreros flexibles de paisano. Vienen poco abrigados, y como el día está desapacible, muchos tiritan. Acompaña a los expedicionarios desde Madrid el comandante de Estado Mayor D. Abilio Barbero, que posee el alemán. Cuando llegó el tren, los viajeros agitaron sus sombreros y saludaron afectuosamente.


Han recibido a los viajeros el comandante de Estado Mayor D. Ricardo Serrano, secretario del Gobierno militar; el jefe de Administración de este Parque militar, D. José Oliver; el comisario D. José del Río, y el secretario del Ayuntamiento, don Emilio Marticorena.
La población en masa rodeaba la estación para presenciar el desfile de los germanos, que llegaron poco antes de las doce a su alojamiento.
Es éste el que fue colegio y convento de la Compañía de Jesús, magnífico edificio, de recia fábrica, convertido en cuartel hace muchos años.  Es conocido por el cuartel de Mendigorría; ahora, por no haber Infantería en Alcalá, estaba deshabitado.  Remozado convenientemente, se han emplazado en él 280 camas muy confortables, con su mesa de noche cada una y buenas ropas.  En la lana de los colchones se han empleado 6.500 kilos.  Hay habitaciones aparte para los oficiales, lavabos con sus grifos de agua corriente, cuartos de baño, un comedor común muy espacioso, grandes cocinas, habitaciones amplias para repuesto de ropas y almacén de loza y cristalería.
Apenas llegados, se ha condimentado y servido a los alemanes un buen rancho.  Los oficiales han comido en las fondas y tomado café, invitados por los de esta guarnición, en el Casino de Alcalá.
Los recién llegados son fornidos mozos, casi todos rubios, pero curtido el rostro por el sol de África; su aspecto es saludable en la generalidad, si bien algunos traen huellas del paludismo reciente y del cansancio producido por el ajetreo de estos días.  Muéstranse muy agradecidos a las atenciones que les prodigaron desde que se pusieron en contacto con los españoles.  Les ha complacido mucho el hospitalario recibimiento que se les ha hecho en Alcalá.  Todos traían brazados de flores, que decoraban el tren, y que les han sido dedicados por la colonia alemana de Madrid.  Cuentan muchas penalidades a partir de su éxodo de la colonia alemana donde residían.
Mientras llegan o no las dos compañías de Covadonga que se dijo serían destinadas aquí, monta guardia a la puerta del cuartel, que da a la calle de Libreros, un piquete de lanceros, al mando de un brigada.

Alcalá de Henares 5, 5 tarde.  En uno de los trenes ómnibus ordinarios han llegado 14 alemanes rezagados de los que se han de concentrar.  Aguárdanse algunos más

REVISTA BLANCO Y NEGRO - 7 de mayo de 1916