22.8.15

Noticias de Camerún - Enero 1916

Durante el mes de enero de 1916, los diarios de la época publicaban pequeñas anotaciones referentes a la situación que se vivía en el Camerún alemán.  Aquí transcribo algunas de ellas, procedentes de los periódicos El Imparcial, La Época y ABC.

Las fuerzas alemanas se retiran a territorio español (enero 1916)

LA EPOCA - 15/1/1916 (Hemeroteca Digital)

Las colonias - La lucha en el Camerún - La derrota de los alemanes.

París 14.- De Londres dicen a Le Journal que la derrota de los alemanes en el Camerún, después de la batalla habida en los alrededores de la capital de Jaunde, es mucho más completa de lo que se creía en un principio.
El enemigo, que huyó en dirección a Bolowa, es perseguido por las columnas francesas y británicas, al mando del general Aymerich y coronel Mayer. Los alemanes intentan llegar a la Guinea española, con importante material y todo el tesoro de la colonia, compuesto de varios millones en metálico.

Han marchado refuerzos ingleses para cortarles la retirada. 

Askaris ayudando a un soldado alemán herido


EL IMPARCIAL 20/1/1916 (Hemeroteca Digital)

Súbditos germánicos en Cádiz

Cádiz, 19 (3 tarde)

Llegó el correo de Fernando Poo «Ciudad de Cádiz», trayendo a bordo a 19 señoras, 16 caballeros y cinco niños, todos ellos súbditos alemanes, que vivían en la colonia germánica de Camarones.  El buque fue registrado por los cruceros ingleses, una vez cerca de Dakar y otra de Tenerife.  
No pudieron llevarse a los alemanes por venir custodiados por el sargento de la Guardia civil Benito Hernández, que los llevaba a disposición del gobernador de Cádiz, acogidos a la protección española por enfermedad, previo certificado médico, con arreglo a lo dispuesto por el art. 11 de la Conferencia de La Haya.
Han desembarcado, hospedándose en los principales hoteles, y han sido muy festejados por la colonia alemana, que celebraba hoy la rendición de Montenegro.
Después se presentaron al gobernador, a cuya vigilancia han quedado sometidos.
De los alemanes procedentes de Camarones vienen dos heridos, pues tuvieron que marchar seis semanas a travesando los bosques, y durante este penoso trayecto fueron tiroteados por los salvajes pamúes.
Abandonaron Camarones porque suponían que de un momento a otro quedaría en poder de los ingleses.
Elogian al capitán del «Ciudad de Cádiz», Sr. Mustera, y a todo el personal del buque por las consideraciones que se les han guardado.
Los alemanes hicieron una colecta que produjo 222 pesetas, que fueron entregadas al capitán del buque para las viudas y huérfanos de los empleados de la Trasantlántica.


Vapor correo Ciudad de Cádiz


ABC - 20/1/1916 (Hemeroteca ABC)

Alemanes del Camerón

Cádiz 19, 3 tarde.  

Procedente de Fernando Poo, ha llegado el vapor correo Ciudad de Cádiz.
Entre los pasajeros vienen algunos alemanes del Camerón, que, para huir, tuvieron que atravesar el bosque, haciendo un recorrido penosísimo.
Entre Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas los cruceros ingleses detuvieron al barco español, y después de varias consultas respecto de los alemanes que venían a bordo, dejaron seguir al buque sin hacer ninguna detención.
Los alemanes, agradecidísimos a las atenciones del personal del Ciudad de Cádiz, hicieron una colecta, que entregaron al capitán para la caja de socorros de las viudas y los huérfanos de empleados en la Transatlántica.
El barco trae cargamento de cacao, almendra y aceite de palma.

10.8.15

Los alemanes del Camerún - Carlos A. Font

Hace unos días tuve la ocasión de charlar en persona con el historiador Carlos A. Font Gavira, que se había desplazado a Bilbao y Pamplona para seguir con sus investigaciones sobre el paso de los alemanes del Camerún por España.  Fue un encuentro en el que se combinaron sus deseos de investigación con mi emoción por descubrir más detalles de la vida de estos alemanes que acabaron, en su mayoría,  por establecerse en este país.  En 2014 y coincidiendo con el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial, publicó un interesante libro titulado "Los alemanes del Camerún", en cuya lectura estoy enfrascada en estos momentos.



Mi cerveza tostada se quedó corta en esta interesante charla, en la que por un tiempo nos trasladamos casi cien años atrás, intentando ponernos en la piel de aquellos hombres que dejaron su país para embarcarse en aquella gran aventura africana.  

Fue muy instructivo ver cómo el enfoque neutral y objetivo de un historiador, se complementaba perfectamente con los pequeños datos que yo pude aportar como descendiente de uno de aquellos alemanes.  Cualquier dato, por insignificante que pareciese, nos podía abrir una nueva puerta para la investigación, y de hecho, tomé buena nota en mi cabeza de los sitios a los que dirigirme para intentar encontrar más información al respecto, por muy inverosímiles que pareciesen.  



Nunca imaginé que el inicio de este blog me aportaría así de rápido, resultados tan ilusionantes y emocionantes sobre este periodo de la historia.  En el poco tiempo que llevo buscando información, principalmente en internet, he ido encontrando pequeñas crónicas periodísticas de la época, algún artículo aislado en revistas de historia, y cosas así, pero no libros actuales que con todos esos ingredientes construyan un relato fidedigno de aquel periodo de la historia, a excepción del libro que nos ocupa, que junto con "Soldados en el jardín de la paz", son los únicos que conozco al respecto.

Es alentador que historiadores como Carlos A. Font se involucren en el estudio de ese periodo de nuestra historia, a pesar del poco interés y nulo apoyo por parte de las instituciones. Ojalá que detrás de cada mostrador de cada archivo, institución o lo que corresponda, pudiésemos encontrar verdaderos custodios amantes de cada trozo de papel que hay en sus dominios.  Sin duda eso contribuiría enormemente a descubrir pequeños tesoros ocultos en los lugares más recónditos e inverosímiles.



Le hablé del ilustre pamplonés D. José Joaquín Arazuri, médico de profesión e historiador autodidacta, que a base de ser "un poco pelma" (dicho con todo el cariño), y de visitar los Archivos municipales de la ciudad, un día sí y otro también, dio con documentos y fotografías antiguas de Pamplona, que dormían el sueño eterno en cajas o estanterías polvorientas.  A base de dedicación y pasión, consiguió reunir la mayor colección de fotografías antiguas sobre la ciudad, poniendo fecha a cientos de ferrotipos que estudió con lupa, fijándose en los más mínimos detalles que le pusiesen en el buen camino. Gracias a él, podemos hoy en día disfrutar de numerosos libros con infinidad de maravillosas fotografías, realizadas muchas de ellas en el periodo que nos ocupa.

En resumen, fue una interesante charla en la que saqué varias conclusiones:

- Un buen historiador no debe desfallecer en el intento.
- No hay que sucumbir ante la dejadez de algunos funcionarios.
- No dejes de llamar a las puertas: detrás de algunas de ellas puedes encontrar un buen dato.
- Un trabajo bien hecho dejará su huella para generaciones posteriores.
- Viajar es un modo excelente de investigar y documentarse.
- Nunca es tarde para aprender un idioma que te ayude en tus investigaciones.
- La curiosidad y los deseos de saber más, son una enorme fuente de energía.

En breve se publicará una reedición de su libro, si estáis interesados en el tema seguro que os va a encantar.
Hasta pronto.

5.8.15

Los alemanes llegan a Pamplona

Una de las primeras crónicas al respecto, la encontré en una publicación llamada Euskal-Erria, que en mayo de 1916 decía lo siguiente:

"CRÓNICA INTERNADOS ALEMANES EN PAMPLONA. —SIGUIENDO el propósito de registrar en nuestra colección cuantos sucesos relacionados con la pavorosa contienda europea ocurren en nuestro país, al objeto de guardar de ellos el recuerdo histórico, tenemos que señalar hoy dos hechos. Es el primero, el traslado a Pamplona de parte de las tropas alemanas del Camerón que huyendo de los aliados penetraron en territorio español, siendo más tarde trasladados a la península y repartidos en diversas localidades. A Pamplona han sido destinados en número de 242. Antes de su llegada, el alcalde, D. Manuel Negrillos, publicó un bando recomendando al vecindario que, dando muestras de nobleza y cortesía, acogiera con cariño a los nuevos huéspedes, pero rogando también se abstuvieran de hacer ninguna clase de manifestaciones que pudieran ofender los sentimientos, para no obligar a la autoridad local a adoptar medidas que sería la primera en lamentar. El día 6 del presente mes, a las 6’50 de la mañana, llegó a la estación de la capital hermana el tren especial que conducía a los internados alemanes. Las clases de tropa se alojaron en la ciudadela, y en edificios particulares la oficialidad y el elemento civil. Durante todo el día de su llegada fueron objeto de la general curiosidad los internados teutones, quienes dieron cierta animación a los establecimientos comerciales. Hubo sastrería que se encargó de confeccionar más de treinta trajes. No falta quien asegure que prendas de vestir y sombreros que por sus grandes dimensiones estaban arrinconados en algunos establecimientos, hallaron ocasión para ser vendidos a los nuevos huéspedes. La cortesía y la cordialidad con que el pueblo de Pamplona trata a los internados, es propia de la hidalguía característica del pueblo navarro. Un apreciable colega pamplonés ha llevado su afabilidad al extremo de insertar una sección escrita en lengua alemana. Por cierto que no nos convenció el por qué, así como dedica una sección al alemán, no lo hace al euskera. Porque sus lectores entenderán el castellano, pero con ese sistema acabarán por no entender el euskera."



El alcalde de Pamplona en aquel momento era Don Manuel Negrillos, que ocupó el cargo desde enero de 1916 hasta junio de 1917.

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Reproduzco a continuación algunas noticias cortas encontradas en hemerotecas on-line.

LA VANGUARDIA - Jueves 4/5/1916
Pamplona

"Se han ultimado los preparativos para el alojamiento de los alemanes que vienen del Camerón, habilitándose dos grandes pabellones dentro de la Ciudadela."


LA VANGUARDIA - Domingo 7/5/1916

Pamplona

"A las siete y media de la mañana llegaron en tren especial los alemanes del Camerón, esperándolos en la estación la comisión militar receptora, el prelado y público numeroso.
En tranvías subieron a la ciudad, en cuya entrada el público, más numeroso, les aplaudió; dirigiéndose a la Ciudadela donde después de las presentaciones y saludos se les sirvió un desayuno. Más tarde, los alemanes civiles salieron de la Ciudadela, repartiéndose por las fondas de la ciudad.
El elemento militar se quedó en la Ciudadela, donde se ha montado una guardia.
A primera hora de la tarde salieron todos para visitar la población; invadieron los comercios comprando vestimenta, pues traen ropa impropia de esta clima.
Llegaron en total unos 250, cuyas dos terceras partes son militares. La mayoría de éstos son oficiales y clases, siendo pocos los soldados. Muéstranse agradecidos a la cariñosa y respetuosa acogida.- Corresponsal."

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DIARIO ESPAÑOL - Lunes 8/5/1916

” Los alemanes del Camerón. En Pamplona. A las siete de la mañana llegó un tren especial con unos 250 alemanes internados. Fueron recibidos por el obispo y varios comisionados. La multitud invadió los andenes, ocupando luego todo el trayecto de la ciudad por donde habían de pasar los internados, a los que se les tributó un recibimiento cariñoso, siendo saludados con aplausos y vítores. Los soldados y clases alemanes han sido instalados en el pabellón de la ciudadela. “

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Poco a poco, y gracias a estas pequeñas crónicas, nos vamos haciendo una idea de cómo debió ser aquel 6 de mayo de 1916.  Me parece curioso el dato de que los alemanes civiles fueron repartiéndose por las diferentes fondas de la ciudad.  Según oí decir en casa, las fondas de la capital no eran suficientes para acoger a todos, así que algunos de ellos fueron alojados en pueblos de la comarca de Pamplona, en concreto mi abuelo fue a parar a Villava.  

Seguiremos investigando.
Saludos.