La llegada a Cádiz y Sevilla
ABC - 5/5/1916
Los alemanes internados
Han pisado ya el suelo español los centenares de alemanes a quienes el infortunio ha impedido seguir viviendo en la tierra africana que pertenecía al pabellón germano, y que se acogen confiados a nuestra bandera. No son combatientes, sino refugiados; depusieron sus armas, y España, con un deber de neutral, que a la vez es deber sagrado de civilización y de humanidad, les garantiza el asilo a cambio de condicionarles la libertad, según los principios jurídicos internacionales. No son, por tanto, extranjeros de la misma libre condición que gozan los que residen desde antes de la guerra en España o los que después llegaron aquí sin proceder de la lucha. Y precisamente por esa circunstancia, que no les iguala al prisionero, pero les separa del súbdito libre, merecen una singular acogida de respeto y de consideración, exactamente lo mismo que la merecerían los franceses, ingleses, belgas, etc., a quienes la adversidad les trajera al mismo caso. Debemos pensar lo que estimaríamos esa acogida si la fatalidad hubiera colocado en tan amargo trance a un puñado de españoles.
Tenemos pues, por cierto que en todas las comarcas en que esos alemanes han de permanecer les rodeará sin distinción alguna la más cumplida benevolencia por parte de todos los españoles; que llamarse español es llamarse, ante todo, noble, generoso, hidalgo.
Cádiz 4, 1 madrugada. Los alemanes del Camerón llegarán a Madrid el viernes por la mañana en trenes especiales. A bordo del barco en que venían dio a luz una alemana.
Al desembarcar, los alemanes expresaron su gratitud a los capitanes y tripulaciones del Isla de Panay y Cataluña por el admirable trato que recibieron a bordo.
Durante la travesía falleció un expedicionario.
El gobernador alemán del Camerón entregó al capitán del Panay 5.000 marcos para repartirlos entre las tripulaciones, y otra cantidad para las viudas y huérfanos de la Trasantlántica.
Los alemanes desembarcados han invadido las tiendas del muelle, comprando víveres, cerveza y naranjas.
Cádiz 4, 1 tarde. En el trasantlántico Isla de Panay han venido con los expedicionarios el gobernador imperial, herr Evermaier; el secretario, herr Clzkaussen; el jefe de la fuerza militar del Camerón, herr Zimmerman; el médico Fischer, el secretario del Gobierno, el banquero Bubeck, oficiales, suboficiales, sargentos, comerciantes, el capitán Martenus, héroe del Camerón, que está condecorado con la cruz de Hierro.
En Las Palmas fueron obsequiados por sus compatriotas con cerveza y tabacos.
Refieren detalles muy curiosos de las penalidades que han pasado en el Camerón desde el principio de la guerra.
Sevilla 4, 6 tarde. A las cuatro y veinte ha llegado esta tarde un tren especial con 400 alemanes procedentes del Camerón. A la estación habían acudido el cónsul, Otto Enghelardt, y la numerosísima colonia alemana en Sevilla.
También había penetrado mucho público en los andenes, que ofrecían animadísimo aspecto.
Algunos miembros de la colonia ostentaban en la solapa pequeños lazos con los colores nacionales de Alemania y España.
La Intendencia militar había preparado una merienda para los internados, y una seccióndel Cuerpo los aguardaba para distribuirlas.
También estaba allí el general Serrano.
La colonia tenía dispuesto un lunch para sus compatriotas.
Cuando llegó el tren se arrojaron flores a los viajeros y se les hizo objeto de calurosas aclamaciones.
Fueron obsequiadísimos durante la hora y media que se detuvo el tren en esta estación.
Cuando a las cinco y veinte arrancó el convoy, los alemanes entonaron el himno nacional, y, como a la llegada, los de la colonia arrojaron flores a los viajeros.
A las siete llegará el segundo tren, con 420 internados.
Zaragoza 4, 2 tarde. Se han ultimado los detalles para el alojamiento de 347 expedicionarios alemanes, procedentes del Camerón, que llegarán el sábado, entre ellos el gobernador general, dos consejeros y 28 oficiales. Los internados alemanes dependerán de la autoridad militar y quedarán sometidos a régimen análogo al de las fuerzas de la guarnición, y el rancho para la tropa se les dará conforme al régimen de alimentación militar alemana. Ha salido para Madrid el comandante de Caballería D. José Caro, que acompañará a Zaragoza a la expedición.
LA VANGUARDIA 5/5/1916
Sevilla 4, 12 noche.
A las cuatro y media de la tarde, llegó procedente de Cádiz, un tren especial conduciendo 393 alemanes. En el tren venían con los soldados germanos algunos religiosos, monjas y niños. Les esperaban en la estación los cónsules de Alemania y Austria, y un representante del capitán general de la región. Al llegar el tren, los alemanes, descubiertos, dieron vítores. Se les obsequió con boks de cerveza, meriendas, dulces y cigarros. Permanecieron en la estación una hora, departiendo con sus compatriotas. Algunos soldados venían heridos; otros ostentaban en el pecho las insignias de la Cruz de Hierro. Se les hizo una cariñosa despedida.
A las siete y media llegó otro tren con 390. Tuvieron igual recibimiento, dispensándoseles idénticos agasajos. Acompaña a los expedicionarios el teniente coronel señor Montero de Espinosa.