6.9.16

El Teniente Lothar Frank

El 28 de agosto de 1916, Diario de Navarra publicó la noticia del fallecimiento del Teniente de Reserva Lothar Frank, (uno de los alemanes llegados en mayo desde Camerún) en un accidente ocurrido el día anterior en el Grand Hotel de Pamplona.   

"A las cinco y media de la tarde de ayer ocurrió un tristísimo suceso en Pamplona.  A esa hora se cayó desde un balcón del cuarto piso del Grand Hotel un súbdito alemán llamado Lothar Frank, de 43 años, oficial de la reserva.  El desgraciado quedó muerto en el acto.
Parece que el señor Frank estaba leyendo en el balcón en una posición muy expuesta, pero que frecuentemente adoptaba sin duda para mejor tomar el fresco y que estando así un vuelo de aire le llevó el periódico.  Al ir a cogerlo se le inclinó el cuerpo y cayó a la calle.
En el lugar donde estaba leyendo -alguien parece que le vio sentado con el periódico en la mano momentos antes de caer- se encontraron algunos libros.
El cadáver fue llevado al Hospital Civil.  El señor Frank vivía en el Grand Hotel con su esposa.  Cuando ocurrió la desgracia, la señora de Frank se hallaba de visita en casa de una distinguida familia de esta ciudad.
¡Que Dios haya acogido en su seno al infortunado, a cuya esposa damos nuestro pésame!" 
 

Esquela publicada en ese mismo diario, por los alemanes internados en Pamplona, con el Capitán Hanstein en representación de todos ellos.  Según se hizo constar en la esquela, Lothar Frank era Caballero de la Cruz de Hierro.



El día 29 se  publicó, además de la esquela, este pequeño artículo que aporta alguna otra novedad:

"En otro lugar de este número verán nuestros lectores una esquela en la que los compañeros del desventurado señor Lothar Frank dan cuenta de su muerte.
El señor Frank era primer teniente de reserva, Caballero de la Cruz de Hierro, Apoderado Imperial de distrito.  Sus compatriotas le respetaban y querían, y por ello han sentido mucho su muerte.
Se confirma completamente cuanto dijimos ayer acerca de las causas de su muerte.
El señor Frank tenía la costumbre -mala costumbre, por cierto- de sentarse en el balcón, de espaldas a la calle, para leer y tomar el fresco.  Dicho esto así parece un absurdo, pero viendo el balcón de amplio y bajo antepecho y que además tiene debajo un gran saliente o cornisa ancha que impide ver el suelo, la cosa, si bien peligrosísima e imprudente, ya no parece tan absurda.
Muchos vecinos de las casas de frente al hotel vieron varias veces al señor Frank leyendo en aquel sitio, como le vieron momentos antes de la desgracia, leyendo un periódico, después de haber puesto a mano algunos libros.
El señor Frank estaba sentado sobre el balcón y tenía apoyados los pies en una silla cuyas patas se veían desde la calle, pues al caerse el señor Frank debió de engancharse en ella.
La señora de Frank que había estado prisionera, llegó a Pamplona hace próximamente un mes.  El matrimonio había alquilado un piso en donde pensaba vivir al regreso de un viaje que tenían dispuesto a un balneario.
Se trata pues, de un desgraciadísimo accidente, como decíamos ayer.
Repetimos nuestro deseo de que Dios Nuestro Señor haya acogido en su seno el alma del finado, y reiteramos nuestro pésame a su afligida esposa y a todos sus compatriotas."



En otra nota del día posterior, se comentaba lo siguiente:

"Ayer por la mañana, fue conducido al cementerio el cadáver del infortunado primer teniente del ejército alemán don Lothar Frank.El fúnebre acto se vio concurridísimo.En el cortejo, que era presidido por el Cónsul de Alemania en San Sebastián que vino expresamente para este acto, figuraban la viuda del finado, con tres señoras alemanas compatriotas suyas, los doscientos y pico de alemanes aquí residentes, en formación, muchos militares y no pocos amigos particulares de los germanos.Descanse en paz el alma del finado y reiteramos a su viuda nuestro pésame sentido."

Fuente
Este era el Grand Hotel de Pamplona, inaugurado en mayo de 1913.  De esa fecha es la fotografía, en la que se puede observar unos operarios en la parte de arriba terminando de colocar las letras.

Foto Diario de Navarra

Y este es el aspecto actual de lo que fue el Grand Hotel, en la Plaza San Francisco, donde podemos apreciar que no ha cambiado demasiado por fuera.

Sirva esta entrada como pequeño homenaje a este hombre, de cuya muerte se han cumplido cien años.

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