20.10.15

Médicos españoles y refugiados en Fernando Poo (1916)

La revista "Sanidad Militar" de las Fuerzas Armadas, publicó a principios de 2014 un artículo escrito por el Dr. Ricardo Navarro Suay (médico militar), titulado «Una "hazaña prácticamente desconocida": la participación  de médicos militares españoles en la Primera Guerra Mundial.»  Me ha interesado porque recoge información de un libro de memorias escrito por uno de los médicos destinados en Guinea en 1916 llamado Luis Figueras Ballester.

Dr. Figueras Ballester
He leído con mucho interés toda la información, porque nos muestra una visión en conjunto del panorama al que debieron enfrentarse las autoridades españolas, cuando más de 17.000 personas (esta cifra varía según las fuentes), entre civiles y militares alemanes, y tropas camerunesas y sus familias, atravesaron la frontera sur de Camerún que limitaba con la Guinea española.   Las autoridades españolas enviaron fuerzas de Infantería de Marina, 3 oficiales médicos y 7 practicantes de sanidad de la armada, que colaboraron con otros 3 médicos que ya estaban en Guinea, además de un médico alemán (Dr. Hilfrich) y varios practicantes alemanes e indígenas.  Veamos cómo se procedió.

Isla de Fernando Poo 1916 - Descargando material

En primer lugar, y por razones sanitarias y de seguridad, se trasladó a todo este numeroso grupo a la isla de Fernando Poo.  Se construyeron enfermerías dotadas con salas para operaciones, farmacia, laboratorio, despensa y cocina, además de una policlínica y una enfermería especial para infecciosos. Los ambientes de cientos de personas hacinadas, son el caldo de cultivo perfecto para todo tipo de enfermedades infecciosas,  así que los médicos españoles tomaron acertadas medidas sanitarias básicas como:
  • disposición de agua potable.
  • construcción de letrinas que eran sometidas a la acción del fuego para la desinfección.
  • aprovechar ese humo para ahuyentar a los insectos portadores de infecciones.
  • trazar desagües.
  • desbrozar el bosque.
  • sembrar huertas para disponer de productos frescos.


Casa del médico militar

En todas las colonias africanas, la lucha contra la malaria era fundamental.  Para ello a los refugiados europeos se les administraba quinina, a razón de un gramo cada cuatro días, aunque desconozco cómo lo hacían.  Por vía oral, el organismo la absorbía fácilmente y supongo que era más sencillo que por vía intravenosa o intramuscular, además de ser estas inyecciones bastante dolorosas.
He visto frasquitos de pastillas de dos gramos en internet, como el de la foto, pero también se podía administrar vía intravenosa o intramuscular, siendo éstas bastante dolorosas por cierto.



Otras medidas preventivas eran las mosquiteras, utilizar agua filtrada y una buena alimentación. También se llevó a cabo una campaña masiva de vacunación antivariólica (contra la viruela) de todos los internados.

Los procesos más frecuentes atendidos por los servicios médicos, fueron las afecciones respiratorias, la gripe y los procesos gastrointestinales, y en cuanto a enfermedades entre los refugiados, las más numerosas fueron la viruela, la gripe, la tuberculosis, la lepra, la sarna, la caries, las enfermedades venéreas, el paludismo y la disentería. Se estima que el personal médico atendió a unas 12.000 personas.

Los oficiales médicos españoles se quedaron en la colonia de Guinea Ecuatorial desarrollando su trabajo hasta que finalizó la guerra, sin embargo las tropas de Infantería de Marina fueron repatriadas en marzo de 1917.

Lo que sí es cierto es que la Primera Guerra Mundial hizo que la Medicina se pusiese las pilas, en un momento además, en el que los antibióticos todavía no se habían descubierto.  Se prestó más atención al origen de las enfermedades infecciosas, se dio una visión novedosa sobre varios trastornos psiquiátricos (lo que hoy llamamos síndromes post-traumáticos, por ejemplo) y se mejoraron las técnicas quirúrgicas en las amputaciones.

Como conclusión, el Dr. Navarro hace una acertada reflexión que os transcribo tal cual, aunque os recomiendo que leáis el artículo en su totalidad.

"Hablar hoy en día en España de misión humanitaria no nos sorprende, sin embargo a principios del siglo XX era una práctica inusual. Podemos considerar que la participación durante la primera guerra mundial de médicos militares españoles en el frente europeo y la asistencia de refugiados en Guinea Ecuatorial, es una heroicidad que se debe divulgar y admirar. Las experiencias sanitarias y logísticas aprendidas durante el conflicto supusieron una experiencia de enorme importancia que tuvo gran repercusión en nuestra sanidad militar. El artículo pretende valorar el trabajo desempeñado por aquellos oficiales médicos. Una «hazaña prácticamente desconocida» que no debe ser olvidada."

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